Bienvenidos

Electra. Una de las grandes sufridoras de las historia. Una mujer peligrosa, porque no le queda nada que perder. Una mujer sedienta de sangre y de venganza. Una mujer con un inevitable complejo.

Me he liado con Electra; en el sentido de puro enredo creativo.


Me he obsesionado con ella, como en su día me obsesioné con la Goneril del Rey Lear, o con Medea. Pero esta vez he decidido abrir las puertas del taller… estudiar, aprender en público, con otros, mi invisible coro griego.

Aquí os invito a uniros a mi búsqueda. Bienvenidos.

Emilio Williams




25.7.10

Día 7: Los lamentos de Electra.

Llevo una semana a cuestas con Electra. Y, como era de esperar, cada día estoy más perdido. Lógico. Cuanto más sabemos, más cuenta nos damos de nuestra gran ignorancia. Los post-it temáticos se acumulan. Y no hay horas en el día para seguir todas las pistas, para leer y aprender todo lo que quisiera y, claro, menos todavía para escribir sobre los cabos que voy atando aquí y ahí. Es por ello que intento hacer las entradas al blog lo más sucintas posibles, breves recordatorios de ideas que tal vez pueda llegar a desarrollar más adelante.
El tema de hoy, los lamentos, o mejor dicho los alaridos de Electra, podría ser suficiente para escribir todo un libro.

Al parecer Sófocles, en su Electra, crea para su personaje principal una serie de gritos onomatopéyicos, que pudieran ser tanto de creación propia, como expresiones arcaicas de dolor. Mi traductora al inglés, la gran poeta Anne Carson, ha preferido dejarlas sin traducir. Estas expresiones entran en la métrica de los versos de Sófocles. Electra emite catorce alaridos distintos a lo largo de la obra. Y si uno intenta leerlos en voz alta, son escalofriantes.

Ya estamos en la primera escena de la Electra de Sófocles. Orestes ha llegado, con su inseparable amigo Pílades, al castillo donde su padre Agamenón fue asesinado por Clitemnestra. Mañana volveremos a esta primera escena, que termina, cuando dentro del palacio se oye la voz de Electra emitiendo este aterrador alarido de pena: “IO MOI MOI DYSTENOS”  (En otra traducción, aunque parezca mentira, viene como un simple “Ay, ay”. Es por ello que aplaudo a Anne Carson la valentía de no traducir lo intraducible.)

Son los gritos de Electra una de las cosas que más fascinó a Virginia Woolf de la obra de Sófocles:

“Su Electra se presenta ante nosotros como una figura tan atada de pies y manos que solo puede moverse un centímetro por aquí, un centímetro por allá. Pero cada uno de esos movimientos tiene que expresar lo máximo, porque al estar tan atada y sin tener el desahogo de poder insinuar, repetir, o sugerir, Electra no sería más que una muñeca encadenada. En su estado de crisis, sus palabras están desnudas; son meros gritos de desesperanza, deleite, odio… Son estos gritos que dan su punto de vista y delinean la obra entera.”

Hay una gran variedad de estos enigmáticos alaridos a lo largo de la obra: OIMOI MOI, TALAINA, OIMOI TALAINA, OTOTOTOTOTOI TO TOI.

Como dice Anne Carson, Sófocles no adjudica tanto dolor ni a su Filoctetes muriendo de gangrena en el pie, ni a su Hércules muriendo quemado en la hoguera.

Este gran comienzo de llanto trágico nos indica que estamos ante una sufridora sin parangón. Que lo que vamos a ver a continuación en Electra es un dolor mayor que el de Antígona por no poder enterrar a su hermano, que el de Medea porque Jasón le ha dejado por una princesita, o que el de Fedra por sentir un amor prohibido por su hijastro Hipólito.

“ IO MOI MOI DYSTENOS”

¿Es el dolor de Electra tan único y personal que Sófocles se vio obligado a crear un nuevo lenguaje para que el personaje pudiera expresarlo?
¿Es, en definitiva, el dolor existencial un sentimiento condenado a ser intraducible?

"OI MOI MOI"

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