Descubro que casi todas las obras de los tres grandes autores trágicos griegos del siglo V A.C. han desparecido. Solo existe un pequeño aperitivo de lo que fueron sus obras completas: Esquilo (nos han quedado 7 obras de un estimado de 70 a 80 obras), Sófocles (7 obras de 127), Eurípides (18 o 19 de más de 90).
Solo esas poquitas piezas nos quedan para entender una era indispensable, una época dorada en la que en realidad se formó el teatro, tal y como lo entendemos hasta hoy en día.
Qué suerte la mía, que sí han sobrevivido las versiones del personaje de Electra de estos tres grandes monstruos en tres obras: Las coéforas de Esquilo, Electra de Sófocles y la Electra de Eurípides.
Yo voy a empezar releyendo la Electra de Sófocles, en una edición en inglés de Anne Carson que me ha regalado mi amiga Mercedes Herrero por mi cumpleaños.
Al que se anime a ir leyendo le recomiendo esta edición de Alianza por 7,5 euros.
Electra pertenece a una de las grandes y sangrientas sagas de la antigüedad, la maldita Casa de Atreo (Sus miembros llamados Atridas o Atreides son los protagonistas de uno de los grandes culebrones de la historia) . Mañana, para preparar los antecedentes, voy a escribir un poco sobre la familia de Electra, empezando por los padres de la criatura Agamenón y Clitemnestra.
Bienvenidos
Electra. Una de las grandes sufridoras de las historia. Una mujer peligrosa, porque no le queda nada que perder. Una mujer sedienta de sangre y de venganza. Una mujer con un inevitable complejo.
Me he liado con Electra; en el sentido de puro enredo creativo.
Me he obsesionado con ella, como en su día me obsesioné con la Goneril del Rey Lear, o con Medea. Pero esta vez he decidido abrir las puertas del taller… estudiar, aprender en público, con otros, mi invisible coro griego.
Aquí os invito a uniros a mi búsqueda. Bienvenidos.
Emilio Williams
Me he liado con Electra; en el sentido de puro enredo creativo.
Me he obsesionado con ella, como en su día me obsesioné con la Goneril del Rey Lear, o con Medea. Pero esta vez he decidido abrir las puertas del taller… estudiar, aprender en público, con otros, mi invisible coro griego.
Aquí os invito a uniros a mi búsqueda. Bienvenidos.
Emilio Williams
19.7.10
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