Bienvenidos

Electra. Una de las grandes sufridoras de las historia. Una mujer peligrosa, porque no le queda nada que perder. Una mujer sedienta de sangre y de venganza. Una mujer con un inevitable complejo.

Me he liado con Electra; en el sentido de puro enredo creativo.


Me he obsesionado con ella, como en su día me obsesioné con la Goneril del Rey Lear, o con Medea. Pero esta vez he decidido abrir las puertas del taller… estudiar, aprender en público, con otros, mi invisible coro griego.

Aquí os invito a uniros a mi búsqueda. Bienvenidos.

Emilio Williams




1.8.10

Día 12: Electra, la inconformista.

Recibo varias notas de aliento. Entre ellas la de Amador, al que tan buena idea, desde el primer día, le había parecido este blog. Me cuenta sobre su experiencia en Merida viendo la Orestiada de Mario Gas: “Recuerdo principalmente la voz de Constantino Romero, presentador de TV, pasado a actor, que con su voz contundente y oscura hacía respirar un ambiente aún más sobrecogedor. Recuerdo que me sentí como si fuera un griego viendo en su época la función.” (Gracias, por tu apoyo, una vez más Amador y que tengas unas buenas vacaciones)

Chema me manda noticias de la Lisistrata que con muy buena pinta se presenta este año en Mérida. Todo esto me trae sueños sobre ese lugar idílico, en el que todo el mundo se siente transportado.

++++

Ayer fue un día de mucha “Electra”, y ya se está empezando a conjugar en mi cabeza cómo contaría yo la historia de esta familia sumida en un ciclo de violencia sin fin...

Pero volvemos a Sófocles. Entra en escena Crisótemis, la hermana de Electra. Va camino de la tumba de su padre a llevar ofrendas por petición de la madre. Es una escena clásica, en el mejor sentido de la palabra. En ella vemos dos puntos de vista contrarrestados de forma clara. Y ese fuego cruzado, crece la tensión de la obra y los personajes se definen todavía mejor. Yin/Yan, gravedad y gracia, lo Apolonio y lo Dionisiaco, cara y cruz.

El genio de Sófocles es conseguir que a pesar de lo práctico y comedido de todo lo dicho por Crisótemis, que ruega a su hermana que silencie su llanto y protesta, Crisótemis nos parece una mujer subyugada, convencional y conformista. A su lado, Electra en su cabezonería, en su entrega sin fin al dolor y la necesidad de restregar las ampollas del pasado nos resulta heroica y rebelde. El coro, en el justo medio (“Hay beneficio para ambas si os escucháis”).

Ya lo había dicho antes Electra a las del coro: “En tiempos como este el autocontrol no tiene significado. Las leyes de reverencia no aplican.” Crisótemis representa ese autocontrol y respeto a las leyes, con una paradoja que todavía resuena entre cualquier ciudadano: “Si quiero ser una mujer libre, existen amos a los que tendré que obedecer”

Podría escribir páginas y más páginas solo sobre esta pequeña escena entre las dos hermanas.
Pero solo diré una cosa más. En esta escena veo una parte importante de la descripción de tragedia. La tragedia, no está solamente en lo que le ocurre a un personaje. Ambas hermanas tienen la misma biografía.
Lo dijo la clasicista Edith Hamilton: “ The suffering of a soul that can suffer greatly-- that and only that is tragedy.” (El sufrimiento de un alma que sabe sufrir grandiosamente- eso y solo es la tragedia)

Y pocos personajes en la historia del teatro han sabido sufrir como Electra.

En esta vasija: Imagen del siglo V a.C. Crisótemis presencia el asesinato de Oreste a Egisto.



No hay comentarios:

Publicar un comentario