Bienvenidos

Electra. Una de las grandes sufridoras de las historia. Una mujer peligrosa, porque no le queda nada que perder. Una mujer sedienta de sangre y de venganza. Una mujer con un inevitable complejo.

Me he liado con Electra; en el sentido de puro enredo creativo.


Me he obsesionado con ella, como en su día me obsesioné con la Goneril del Rey Lear, o con Medea. Pero esta vez he decidido abrir las puertas del taller… estudiar, aprender en público, con otros, mi invisible coro griego.

Aquí os invito a uniros a mi búsqueda. Bienvenidos.

Emilio Williams




9.9.10

Día 23: Electra ser marca un monólogo.

Electra cree que su hermano Orestes ha muerto. Orestes disfrazado de mensajero entrega a Electra una urna con sus supuestas cenizas. Electra, destrozada, hace un canto desgarrador a los restos de su hermano.

Esta es mi versión libre del monólogo. (He dejado los gritos de dolor originales, intraducibles)

ELECTRA
Orestes, amado, Orestes,
Esto es todo lo que de ti queda.
Te envié lejos de aquí, llena de esperanza.
Pero tu regreso me vacía de ella.

No eres nada,
Y te mezo en mis brazos,
Aunque el día que marchaste
Eras la mismísima luz del sol.

Debería haber muerto antes de salvarte.
Salvándote te mandé a una tierra extraña.
Al menos aquí hubieras muerto junto a tu padre.
Hubieras descansado junto a él en su tumba.

Pero has terminado por morir en el exilio,
Lejos de tu hogar, de tu hermana.
¡Qué muerte tan triste!

Y yo, no pude estar ahí,
Preparando tu hermoso cadáver
con manos amorosas.
No puede recoger
Tus bellos huesos de la hoguera.
Manos extrañas
Han preparado tu cuerpo,
Y ahora vienes a mí
Como un puñado de polvo,
En esta urna.

OIMOI TALAINA

Te crié de niño,
Nunca fue un esfuerzo,
Nunca fuiste el hijo de tu madre.
Eras mío.
Nadie más en esa casa
Se ocupó de ti como yo.
Me llamabas hermana,
Hermana me decías.

Y ahora, en un día,
Con tu muerte,
Todo se ha esfumado.
El viento ha soplado,
Y como en una tormenta,
Se lo ha llevado todo:
Tu padre ha muerto,
Yo he muerto,
Tú has muerto…

Nuestros enemigos sonríen.
Tu madre, que no es madre,
No puede contener su gozo.
Sus crímenes, lo sé,
Hubieran terminado contigo.

Pero el destino es cruel,
El tuyo y el mío.
No me trae tu rostro.
No.
Me trae unas cenizas frías y una sombra inútil.

OIMOI MOI

PHEU PHEU

Me has destrozado, mi amado,
Mi querido hermano.
Sí, me has destrozado.

Llévame contigo.
Ya no soy nada,
Déjame al menos ser nada junto a ti.
Vivimos como uno en la tierra
Seamos uno en tu tumba.

Los muertos al menos
No sufren la perdida de una vida.

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Electra sujeta la urna con las falsas cenizas de su hermano, Orestes. Estatua en Copenhague de Hermann Wilhelm Bissen (1798-1868) realizada en el año 1858.

1 comentario:

  1. me gusto mucho esta versión, quisiera usarla para interpretarla , si tengo permiso antes claro

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