Bienvenidos

Electra. Una de las grandes sufridoras de las historia. Una mujer peligrosa, porque no le queda nada que perder. Una mujer sedienta de sangre y de venganza. Una mujer con un inevitable complejo.

Me he liado con Electra; en el sentido de puro enredo creativo.


Me he obsesionado con ella, como en su día me obsesioné con la Goneril del Rey Lear, o con Medea. Pero esta vez he decidido abrir las puertas del taller… estudiar, aprender en público, con otros, mi invisible coro griego.

Aquí os invito a uniros a mi búsqueda. Bienvenidos.

Emilio Williams




2.9.10

Día 21: Retomando el hilo perdido

Ya lo decía la gran Elizabeth Bishop: “El arte de perder no es difícil de dominar....” (Ver su poema “One art”)


Por culpa de los viajes y las vacaciones yo he perdido muchas cosas en las últimas dos semanas: el contacto, la cabeza, mi subarriendo en Manhattan, la cuenta y las cuentas, la paciencia, mi ejemplar de “Electra”, la disciplina y la rutina de escribir a diario en el blog.

Pero para perder algo hace falta haberlo ganado antes. Y también he ganado muchas cosas: un viaje a Seúl, la extraña capital de la extraña Corea de Sur, su gente divertida de pelos raros, la comida maravillosa y unas horas de trabajo bien remuneradas, que de algo hay que comer, y con el teatro alternativo no nos llega, señores.

Y también muchas ganancias al regreso a Estados Unidos: la visita de Santi, un amigo del alma con una flexibilidad y buen rollo que le han convertido en uno de los imprescindibles, un viaje, los tres, a Nantucket, la paradisíaca isla de de Moby Dick, donde he podido retomar el hilo de la memoria con Elisabeth y de regreso, puente en Filadelfia, donde hemos declarado una tregua (temporal) a nuestra trashumancia existencial.

El lunes Frank regresa a España, y en pocos días empezaré yo también el gran retorno a la madre patria: a la clase política de ladrones y a sus secuaces, a las mentiras partidistas de los medios, a la telebasura con aire de importancia, al teatro casposo de malas traducciones y de autores muertos, a las chapuzas, pero también a los pequeños grandes triunfos de los que no se rinden, a mis actores, musas y genios, a mis amigos, los incondicionales y los que van en vías de serlo, a los indies del teatro alternativo inasequibles al desaliento, a mi familia, a los de siempre, a los que sobran y a los que faltan, a mi Madrid de la Latina y Lavapiés, a las copas tarde, a las copas temprano y a los paseos largos y sin prisa. A todo eso y más.

Es la vuelta al cole, chicos.

La hora de trenzar, enroscar y hacer figurillas con los alambres sueltos del verano. La hora de empezar cuadernos nuevos, con ilusión y buena letra.

Algunos de mis compis ya han llegado a Madrid, se han puesto al día de este blog y me animan a que siga.

Amador, continúa al pie del cañón, gracias, y Blanche Du Noir me manda deberes, me pide que hable de la venganza y también de los ritos funerarios griegos. (Ambos temas que están ahí en el tintero y que prometo comentar en breve)

Con amigos así es imposible no anhelar la vuelta al cole.

See you soon.

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